Este día tuve un momento de recuerdo juvenil al pasar con mi vehículo frente a un conjunto de torres habitacionales. Repasa en mi memoria situaciones mezcladas con la canción de la radio que tocaba en ese instante Iggy Pop “Lust For Life”
Habían llegado las vacaciones. Como todo estudiante de preparatoria con acné, cabello engomado, y sintiéndome la chucha cuerera. Me encontraba cenando con dos amigos un tanto peculiares.
Uno de ellos Míster Jer. Tipo bastante loco que soñaba un día protagonizar una película porno con su prima hermana. Adicto al ejercicio y tragón como el solo. El otro Don Geto. Fumador, borracho, y amante del futbol americano. Narrador de historias callejeras llenas de violencia, sangre, donde el protagonista era Geto que siempre salía victorioso.
Terminamos de cenar unos tacos por la noche aproximadamente las 2 de la madrugada. Encaminados hacia nuestros respectivos domicilios a Jer se le ocurrió la idea de visitar a un pariente que vivía cerca de donde nos encontrábamos.
Llegamos a un conjunto de edificios de aproximadamente 6 pisos cada uno y numerada cada torre para una mejor localización por los habitantes del lugar. Para entrar se requería primero pasar por una caseta de vigilancia, donde el vigilante conocía a Jer por sus habituales visitas. Se notaba en el saludo del vigía hacia Jer una familiaridad.
--Buenas noches Jer ¡ que te trae por acá tan tarde?
--Ya vez Güero, visitando al primo ---respondió Jer
--Es tarde, crees que quiera recibirte a estas horas de la noche?
--Si hombre!! Son vacaciones, además creo que seguro estará viendo la tv el webon o brincándole a su esposa desde el ropero…
El vigía esbozo una sonrisa a la respuesta del conocido y nos permitió el libre paso con un ademan rápidamente de su mano.
Caminamos hacia el primer edificio, ya dentro subimos hasta el quinto piso donde las escaleras eran estrechas y bien alumbradas. Jer se coloco frente a la puerta de un departamento que marcaba el numero 305. Recuerdo el numero ya que al 3 le faltaba un tornillo superior, lo que hacia que el numero quedara colgado hacia abajo queriendo ser la mitad de un 8.
--Si nos recibirán? –pregunto Geto
--Creo que si? --respondió Jer--Mi primo es buena gente. Podemos jugar baraja, turista, pasarla bien. Tranquilos.
Jer toco la puerta, toda vez que el departamento no tenia timbre. Toc, toc, toc, no había contestación del otro lado. Toc, toc, toc, nada. Jer desesperado comenzó a tocar la puerta como si fuera un arrendador al que le deben la renta del inmueble. Toc, Toc, Toc, Toc, Toc, donde el sonido con ayuda del eco viajaba por todo el edificio. De pronto se escucho una voz baja y cortada del otro lado de la puerta…quién es? –decía—
--Soy Jer!! Chabela se encuentra el Primo Coto?
--Te paso algo estas bien?
--Si lo estoy, solo pasaba a visitarlos. Háblale al primo Coto que quiero saludarlo
--Mejor vuelve por la mañana es muy noche y no quiero despertarlo.
--Ok, entonces después los visito.
--Adiós
Geto se encogió de hombros con una expresión. Y ahora que hacemos? Vamos con el güero a la caseta de vigilancia ahí tiene tv, sodas, y de seguro le vendrá de agrado nuestra compañía. –dijo Jer—
Empezamos a bajar las escaleras, Jer al frente, yo en medio, y Geto al último. Geto siempre fue un tipo curioso máxime cuando en nuestro camino hacia la planta baja empezó a cantar a voz de serenata “ay, ay ay, canta y no llores, porque cantando se alegra cielito lindo” Se notaba la intención de querer despertar a todo el edificio.
Ya por el tercer piso se escucho abrirse una puerta. Sonido caracterizado por un rechinido. Una mujer grito “ porque no te callas hijo de tu (piiiiiii) y dejas dormir” Nunca se hubiera atrevido semejante dama de la realeza gritar, y menos callar a Geto.
Geto se detuvo. Giro su cuerpo y ascendió un par de escalones, y le grito a la mujer “porque no te callas tú vieja hija de tu (piiiiii) y me dejas seguir cantando”
Se escucho otro grito. Pero era de un varón. “a mi señora nadie la insulta ca...Piiiiii y te voy a dar una paliza” Geto molesto le respondió “tú y cuantos mas?, bien deberías regresar con tu vieja que se oye insatisfecha o a caso no puedes? Si no yo te ayudo idiota!!”
Escuchamos un puertazo después del intercambio de gritos con imprecaciones que sostenía Geto con los desconocidos.
Llegamos hasta la planta baja. Al momento de salir grito Geto como cierre de la noche. “Ya me voy ca...Piiii¡ y no les vuelvo a cantar”
Saludamos a Güero el vigilante nuevamente. Que paso escuche gritos esta todo bien? Pregunto. Sí, si, no te preocupes. Le replico Jer como ya no querer recordar del asunto. Entramos a la caseta de vigilancia.
Charlábamos entre todos, sentados en un sillón viejo que poseía Güero para su descanso y quedando de espaldas hacia los edificios. No pasaron 10 minutos cuando Jer se levanto para servirse un café. Tomo la jarra, mientras un gesto extraño se notaba en sus ojos queriendo identificar algo que se movía en la oscuridad afuera de la caseta a través del cristal. Salió una expresión de su labios con temor “ay wey, no piiiiii” salió corriendo presa del pánico.
Geto y yo nos levantamos del sillón rápidamente para mirar por la ventana. La silueta de un hombre caminando descalzo en calzoncillos alto y fornido se aproximaba hacia la caseta. En su mano derecha se notaba una pequeña brillantez de un objeto. Un cuchillo? desarmador? Geto me jalo del brazo diciendo “córrele wey”
Salimos corriendo a lo que el desconocido apresuro su marcha detrás de nosotros. Alcanzamos a Jer que nos llevaba pocos metros delante. Seguimos corriendo por dos cuadras sin voltear atrás presas del miedo. Empezamos a trotar y Jer giro su cabeza para ver si el desconocido seguía todavía nuestros pasos. Si, venia hacia nosotros trotando también, en calzones, y con su objeto en la mano. Hicimos carrera nuevamente pisando a fondo los aceleradores de nuestro último aliento. Tres cuadras más. Llego el momento en que paramos casi totalmente nuestra marcha por el cansancio de 5 cuadras a golpe de caballo. El tipo seguía nuestro paso con poca energía y como a 30 metros detrás de nosotros.
De momento el sujeto se detuvo y giro contrario a nuestra dirección. Se regresaba a casa, descalzo y en calzones. Detuvimos la caminata los tres adolescentes, mientras mirábamos su regreso, inhalando aire desesperadamente. Se notaba en Jer y Geto un síntoma de agrado y felicidad que compartía con ellos, mientras el sujeto se hacia pequeño poco a poco en la distancia caminando por la acera en calzones, de madrugada alumbrado por los faroles de la calle.
Ya dije… desde entonces deambula por la noche en busca de un pantalón.
EY excelente crònica,hay que ver que uno adolescentes si que viviò entre locuras no. Saludos
ResponderEliminarJa,ja,ja,ja,ja, ¡buenísimo mi querido irreverente! y también está muy linda la foto del perro en pañales, ja,ja,ja, ¿o es la foto del susodicho que los correteaba en calzones?, ja,ja,ja,ja.¡Qué bárbaros!
ResponderEliminarSaludos.