jueves, 17 de julio de 2008

Incesto

Los tártaros que pueden casarse con sus hijas, nunca se casan con sus madres…
(Montesquieu)

¿Quién, que tenga una hermana bonita como un querubín, no se acuerda con emoción de algunas noches pasadas a su lado, cuando ella tenía cinco años y nosotros seis y aún no sabíamos lo que distingue a un niño de una niña? Algún tiempo después se nos llenó la cabeza de ideas falsas.

Ahora ya no es hora. Suspiremos…

Ganimedes, Leda, Pasifae, Siegmundo, Sieglinda.

Los antiguos admitían los amores insólitos. Pero, ¿porqué no lo eran así en los tiempos del Génesis?

Actualmente, la Ley no reconoce los hijos nacidos del incesto. Y entonces, ¿por quién han de ser reconocidos?

Es la vieja historia de Julián y Margarita de Ravalet, que cuenta Barbey ´d Aurevilly.
Julián nació en el castillo de Tourlaville, en 1582. Y Margarita, su hermana cuatro años más tarde.

Desde su infancia se tuvieron una amistad perfecta. Julián marchó a estudiar a Coutances. Y Margarita languidecía de día en día.

Su padre, Juan II de Ravalet, la casó con el señor de Hautpois, de cuarenta y cinco años de edad, tan avaro como celoso.

La ardiente Margarita llegada a mujer por la fuerza, a sus quince años, vuelve a ver a su hermano. Su pasión aumenta y se convierten en amantes. Margarita se escapa y se reúne con Julián en Tourlaville y luego en Fougeres.

Corren por el campo y, para huir de sus padres y del marido, se esconden en París.

Al ser descubiertos, los encarcelan y los juzgan en Chatelet.

Margarita está encinta. Tiene diecisiete años.

Julián, veintiuno.

El Tribunal los condena a muerte. El padre, Juan II de Ravelet. Suplica al rey Enrique IV que por lo menos no mate a uno de sus hijos. Margarita se acusa y quiere cargar con todas las culpas. Julián lo niega y exige la muerte para él solo.

En la plaza de Greve los degollaron a los dos, Margarita la primera. Todavía están enterrados en la Iglesia de Saint Jean de Greve. Sobre su sepultura está escrito: “Aquí yacen el hermano y la hermana. Caminante, no preguntes la causa de su muerte. Pasa y reza a Dios por sus almas.”

¿Ha habido jamás epitafio más bello de amor?

Del Libro: DM

3 comentarios:

  1. Mi estimado Irreverente,pues yo no estoy de acuerdo con el incesto aunque suene muy "romántico" tal cual fue escrito, y por lo que te "conozco", je,je, estoy segurísima de que tú tampoco lo estás,tal cual lo decía tu "awelita", ja,ja,ja,ja.
    Saludos.

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  2. Cierto como dice la Awela "cuidadito niño".
    Si recordemos que es parte del libro diccionario de las mujeres.
    Saludos

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  3. ¡Ahhhhh!. Gracias por recordar al famoso librito, je,je.

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Que no le de pena!!

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