domingo, 20 de enero de 2008

Alcohol

Las mujeres y los eclesiásticos se emborrachan raramente o, por lo menos, evitan cuidadosamente tales apariencias porque, al ser precaria la consideración de que gozan, necesitan más reserva y sobriedad. Porque su prestigio social depende únicamente del crédito que se merecen, según el caso, su pudor o su piedad.
(Kant)


Nos hallamos verdaderamente inquietos al ver el pudor y la piedad en baja.

DM

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