Después de un buen tiempo, como carambas me lo iba imaginar. Tomando mi cafecito tranquilamente por la mañana, me manda llamar mi jefe. Usualmente los trabajos son como milicias, nadie esta para cuestionar nada, o se obedece o no, punto no hay mas.
Cuando entre a su oficina, que por lo regular ya un buen rato que ni pisaba como todo mal Sargento mal pagado, me dijo ---quiero informarle Sargento que por ordenes del General Supremo se le ha comisionado para que asista al área de mantenimiento, se ponga a las ordenes del Comandante encargado, y le apoye en lo que necesita.--- no se porque, pero le note al Sargento mal pagado un tonito alegre. Creo que esto me suena a complo (diría el Peje) —pensé—
Hace ya un rato que en el área donde estamos se ha convertido en museo, poco se hace, y si se realiza algo a nadie se le toma en cuenta, todos parecíamos monos de aparador. Siempre he tenido en cuenta algo en los tiempos: lo importante no es si tienes nada que hacer, si no en que lo aprovechas.
Cuando fui a ver al Comandante y ponerme a sus ordenes, me incorporo inmediatamente y me dio un lugar, claro me comento también que sin que dejara mi pequeño espacio que tenia en la otra area. En pocas palabras “allá esta tu casillero, pero esta aquí con nosotros.” Orales que hay que hacer pregunte---primero ves esas cajas?
--Aguelita que si, tengo dioptrías pero me defiendo--Bueno, hay que sacar todo los archivos he ir ordenando de uno por uno.
--Oras ya vas mi Comandante
Cuando observo bien me doy cuenta que son casi 100 cajas con 50 archivos cada uno, lo peor es que esta todo en desorden, es como estar pelando papas o limpiar atún en un barco, moviendo cajas por aquí moviendo cajas por allá, armando nuevas cajas, y ordenando archivo por archivo, chacos karatecas!! Hay estoy como obrero de maquila. Resultado: me corte tres dedos uno con una caja, dos con un aro metálico, y me quedaron las manos como sirvienta mal tratada, y lo peor el polvo que se acumula en la nariz, estornudo tras estornudo y todo constipado.
Nunca había añorado tanto mi espacio (ahora casillero) relajado y tranquilo. No me molesta ni me incomoda moralmente hacer eso. Una ves me habían mandado hacer lo mismo, pero con la salvedad que era diferente ya que repartía como 400 cajas al día, en varios sitios de un municipio. Eran despensas. Lo que no me agrada para nada es hacer lo que ya no me corresponde, eso le toca a la tropa. Es como si un Sargento se pone a llenar sacos de arena y arreglar vehículos, eso se da cuando estas en guerra o trinchera y la situación no lo amerita por el momento. Pero como todo soldado no estoy para cuestionar eso, nada mas decir “Yes Sr”Creo que todo viene por parte del depto donde estaba; ya que con el Sargento mal pagado, la relación no era agradable, pero tampoco nadie se metía con nadie. Pensándolo bien… no esta tan mal, de algo servirá, además de que ya me falta poco para salir de esta chamba, a todo debe uno acoplarse si no se pierde el tiempo en estar lamentando lo que un día fue. Por lo pronto voy estar haciendo lo que me dijeron, y ser observador para darme cuenta si en verdad me conviene. O dar las gracias antes de tiempo.Vacantes por ahí?
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Que no le de pena!!