miércoles, 16 de marzo de 2011

Terremoto en Japón y el fin del hombre


Antes del post que… ¡ya me regañaron! Ándele wey para que se le quite lo cabrón. XD. Una amiga, que tengo el enorme gusto de conocerla desde hace unos 8 años aprox. Su abuelo es japonés, ya ni me acordaba, por lo cual me pidió eliminar las fotos del post anterior. Claramente le señale, que si tenía una imagen mejor que le diera en la torre a las mías con gusto. Y si, lo acepto, con una tuvo, para dejarlas en la lona. Por lo tanto quito las mías y dejo la de ella.

“Por el cariño y aprecio que siempre me otorgaron en tu familia, fueron en un momento difícil de mi vida un sol naciente” “No hace falta que me pidas algo, solo dime y eso se hará” –Noly

Bueno ya, no se diga más, asunto olvidado. ¿Qué quería postear? Ah sí! Ya recordé, referente a como olvidamos situaciones importantes en momentos de desastres naturales y, la falta de reflexión cuando interviene la mano del hombre. ¿No entendiste? Pues ni yo tampoco, en pocas palabras del egoísmo como personas.

Observemos como somos miedosos frente a desastres naturales, pero cuando se trata de desastres causados por la mano del hombre, poco nos interesa. Cuando la tierra realiza su proceso natural a través de terremotos, volcanes, inundaciones, huracanes, algo que viene haciendo desde su formación, corremos ayudar al prójimo. No está mal. Cuando las víctimas son parte de una guerra, en ese momento cambia nuestra actitud.

Un ejemplo de comparación que sirva de ejercicio:

Muertos en Hiroshima y Nagasaki por bombas atómicas arrojadas por un país: casi 200 mil

Muertos de terremoto Japón 2011: digamos unos 20 mil (cifras que pueden variar)

Muertos en terremoto de México 1985: poco más de 10 mil

Muertos en guerra contra el narcotráfico-Calderón: más de 35 mil

Muertos en la guerra de Irak: más de 600 mil

Muertos en el tsunami de Indonesia: poco más de 240 mil

Así podemos seguir muchos post: muertos por la segunda guerra, la inquisición, las cruzadas, Yugoslavia, Vietnam, etc., etc. Ahora bien, aquí viene la pregunta: ¿a quién hay que temerle? ¿Al hombre o a la naturaleza?

Curiosamente, cuando se trata de algo realizado por el hombre, poca importancia le damos como seres humanos a esto, a pesar de ser nosotros los creadores de terribles males. Por otro lado cuando los males son externos (terremotos, maremotos, volcanes) entonces nos convertimos en seres humanitarios en buscar ayudar a los demás. ¿Qué curioso comportamiento tenemos, no creen?

Si arrojamos una bomba a una ciudad y matamos a miles, solo recriminamos y los presidentes se alinean según sus propios intereses. Por ejemplo: ¿Cuándo se hace publicidad en las noticias para donar dinero, alimentos a los iraquíes o victimas provocadas por nosotros? Eso podría considerarse, estar con el enemigo. Cuando es un volcán matando unos miles, si se puede. Así trabajan las reglas del juego del poder.

Decía en el anterior post la situación grave de esta contradicción, lo tenemos a nuestras espaldas y no queremos mirar atrás. “La tierra hace lo que tiene que hacer, el hombre hace lo que no debe hacer” por decirlo de alguna manera.

Abusados que el problema no solo está en Japón, se encuentra en Libia también. Uno es de la naturaleza, otro del hombre. ¿Cuál es peor? ¿A dónde tenemos que mirar? Difícil saberlo.

Poco a poco, comienza amanecer lo que tanto advertían otras culturas, para el cambio. Es el momento para cambiar o extinguirnos como seres humanos. Si no lo hacemos, la tierra lo hará por nosotros, hasta que nazca y evolucione otra especie mejor que la nuestra.

¿Merecemos darnos otra oportunidad o realmente estamos perdidos?

Y ya dije. Creo que ahora me salió lo sentimentalón. Buuuu ya, ya, el próximo post será de las galletas marías asesinas.

*A Noly por siempre*

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