Es bueno conocer al hombre ocioso que está invitado a cenar en casa de una mujer ociosa, con gentes que no tienen nada que hacer ni decir.
(Paul Livois)
La ociosidad, al menos parcial, es cosa necesaria para disfrutar bien de las mujeres. Las noches de amor y la oficina a las ocho, son difícilmente compatibles.
También es evidente que las mujeres ociosas son objetivos excelentes, aunque dicho estado lo deban a la generosidad de otro hombre.
Del Libro: DM
Reflexionando el lado gracioso de las cosas serias y, el lado serio de las cosas graciosas.
jueves, 6 de mayo de 2010
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Que no le de pena!!