sábado, 15 de marzo de 2008

Edad

Estos monstruos dislocados fueron antes mujeres…
(J.K. Seeberg)

Es una enfermedad corriente en los jóvenes, sentir a los veinte años inclinación hacia las amigas de sus madres. Inclinación, muchas veces, compartida. Con los años, el hombre se cansa de estas ollas en que había tan buen caldo y se acerca a las amigas de sus hijas. Después de haber sido un excelente hijo, se vuelve un padre excelente y es muy normal que se entere de las relaciones de sus hijos.

Para la mujer, el problema no es tan sencillo. Cuando aparecen las arrugas, el peso de la grasa y el muslo ajado, es demasiado tarde, es la hora veinticinco.

Vemos pasar a algunas que han llegado ya a la hora treinta y seis y hasta la cuarenta y ocho.

Para esta clase de cucarachas hay poca esperanza. No hay reuniones más tristes que las del té de las cinco en el Ritz o en el Claridge.

Si pasa un jovencito, si se acerca un camarero joven, docenas de anteojos y de pupilas ribeteadas de morado, observan con golosina a la juventud que pasa.

Del libro: DM

2 comentarios:

  1. ¡Hola mi irreverente amigo blogguero Varo!, quiero felicitarte porque me haces reír y mira que a mi edad, ya eso es una hazaña, ja,ja,ja,ja,porque ya sólo habla uno de el nuevo dolema que se estrenó en el dia,ja,ja,ja,ja. Este post de la edad está ¡buenísimo!-
    Te sigo leyendo.
    Ja,ja,ja,ja, por cierto,¿qué pasó con el gato?,je,je. Le voy a recomendar a Alex que cuando tenga un poquito de tiempo, busque tu post del nitrógeno puro, que está ¡buenísimo!. Bye.

    ResponderEliminar
  2. Gracias.
    Ya ves pasan los años, y no hay como frenarlos.
    Si, el comercial es muy bueno y original. Todos somos humanos. Y como dicen es mejor perder una amistad que un pedazo de tripa.
    Saludos

    ResponderEliminar

Que no le de pena!!

La historia de la semana en fantasía

Así la historia de la semana Una carácter conocido a gran comida de las obras de ilusión épica contemporánea es que los protagonistas llevan...