domingo, 26 de agosto de 2007

El Señor de las Chambritas

Basada en hechos reales.

De lo que se va enterando uno.
Cuando se trata de chismes o comentarios dentro de la familia estamos más puestos que un calcetín para levantar la oreja.

Las familias son mundos peculiares, temporales, cambiantes y sorpresivos. Una vez escuche que en una familia nunca falta: Una solterona, un abogado, y un maricón.

Lo siguiente que voy a narrar lo sabía en partes, porque no tenia el suceso completo hasta hace unos pocos días que me lo comunicaron, en versión remasterizada.

Un primo tercero ya formado tanto a nivel profesional como laboral, decide tomar unas vacaciones para visitar a sus parientes que se encontraban en otra ciudad donde el radica actualmente. Este viaje lo realizaba cada verano ya que le agradaba mucho verse con los otros primos, para ir a fiestas, parrandas, chicas, como quien dice pasarla como vaca (fenomenal) en las vacaciones.

Al arribar a la ciudad Primo tercero para su merecido descanso, se encontró con la sorpresa que los primos, tíos, y sobrinos, no se hallaban ya que se habían marchado de vacaciones a una playa del país. El problema fue que el Primo tercero no les aviso que los visitaría, por lo que tuvo que quedarse en la ciudad, esto debido a que no lograría alcanzarlos por los gastos económicos que le implicaría. Quienes solamente se quedaron fueron las tías, y tías abuelas. Bueno, de todos modos me quedo, y la paso bien.---pensó el primo---

Por otra parte, las tías como señoras grandes de edad, se dedicaban como toda viejita beata, ir a la iglesia, tomar te, y una virtud que poseían ancestralmente: el tejido. Era una atmosfera que por las tardes se podía percibir… ver a las viejitas pintadas en un cuadro clásico del siglo XV echando raíces en un sillón, tejiendo, y charlando aquellos tiempos donde recordaban personas y familiares de su época, entre sorbos de te, añorando prehistóricamente sus momentos de felicidad.

Bien, en la casa solo se encontraban las tías y Primo tercero, que como todo joven lleno de energía y al no tener nada que hacer, se empezó aburrir. Una tarde fastidiado cruzo la sala donde se encontraban las tías en su ritual cotidiano. Una tía percibió su aburrimiento de león enjaulado al ir de un lado para otro. Y le dijo –“Hey hijo, siéntate con nosotras para charlar y no te aburras” “Si tía con gusto”—respondió.

Esa afirmación de Primo tercero fue su condenación a lo que vendría después. Preferible hubiera sido vender su alma al diablo, ahorcarse en el baño con una toalla, tirarse a las drogas como Jim Morrison, o ser encarcelado por la policía al correr desnudo en una avenida principal. Al integrarse el Primo tercero al grupo de las tías en charla les pregunto –Es muy difícil tejer?—Una tía comento que no lo era tanto y de paso lo invito a que se animara para aprovechar el tiempo. Así Primo tercero le pareció una buena idea. Se animo intentar aprender para no perder el tiempo, y las tías a enseñarle a su nuevo discípulo las difíciles artes técnicas de cómo hacer nudos y los grandes secretos de crear chambritas en un dos por tres.

Primo tercero convertido ya al lado oscuro, y sin perder más el tiempo se dispuso a tejer y tejer. Tanto fue el gusto hacer nudos marineros que se compro sus bolas de estambre y agujas. Ahí estaba Primo tercero en Viejilandia, teje y teje por aquí, teje y teje por allá, que a una araña le daría envidia su audacia con las agujas sin temblarle las manos, feliz tragando galletas y viendo telenovelas.

En fin. Primo tercero se chuto en sus vacaciones una telenovela, aprendió a tejer, y se entero porque una tía abuela de su mama se divorcio después de la revolución. Cuando me comentaron lo que había sucedido con Primo tercero, no lo creía. Me imagine que se había convertido, mejor dicho mutado en una especie de fenómeno, que estaría tejiendo su capullo para convertirse en mariposa y volar algún bosque ingles para ser el hada madrina de un cuento.

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Vaya cosas, lo que no me comentaron a ciencia cierta es si lo que tejió fue un suéter o una bufanda, toda ves que al terminar sus enredijos tejedores, le regalo su gran obra de arte a otro primo que estima mucho. Por lo pronto estoy investigando si lo que dio como presente fue bufanda o suéter (Made in) con cariño. Mejor hubiera hecho un chaleco contra balas.

Espero encontrar la verdad, la prueba contundente, y si puedo tomarle una foto a la obra de Primo tercero. Que en teoría alguien esta usando con jactancia o lo guardo en un cajón como recuerdo de un regalo hecho por las manos torpes de un joven inexperto, que poco a poco fue evolucionando hasta convertirse en el Hombre que aprendió a tejer…

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